En este vídeo, nuestro experto explica de dónde viene su pasión por la marcha y cómo comenzó a practicar esta disciplina hasta ser profesional.
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Voice-over: Will Davies
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Pasión por la marcha
Un deporte intrigante
La pasión por la marcha me viene de ver correr a los marchadores.
Quería comprender el movimiento.
Ahí ya me preguntaba: «¿Por qué es tan exagerado el movimiento?». ¡A mí no me parecía natural!
Yo estaba acostumbrado, como todo el mundo, a andar y no a hacer marcha.
A día de hoy ya lo entiendo, hay una gran diferencia entre andar y hacer marcha. Realmente no es lo mismo.
También me hacía gracia, como le pasa a todo el mundo cuando ve algo diferente y siente curiosidad.
Quería saber por lo menos qué era lo que pasaba. «Pero, ¿por qué hacen eso? ¿Qué es lo que sacan?». Quería saber más.
Y sí, es un gesto del que la gente se ríe a menudo. Yo digo, irónicamente, que todo el mundo tiene envidia de nuestro contoneo.
primeras impresiones
Mis primeras impresiones... las recuerdo muy bien, fueron: «Eso tiene que doler».
Descubrí músculos que ni sabía que tenía. Al principio estás siempre en tensión, no estás habituado. Tienes muy poca práctica.
La flexibilidad es algo que vas adquiriendo a lo largo de los años.
A partir de ahí empecé a desenvolverme con soltura y me di cuenta de que podía ir bastante rápido y disfrutar de una sensación de plenitud.
Nuestra sensación de velocidad no es exactamente la misma que la de un corredor. Es genial. Parece que te deslizas.
El flechazo
Me llevó algún tiempo lograr esa sensación de velocidad, de deslizamiento y de volar... Eso también se consigue con ejercicios técnicos.
Lo que realmente me empujó a continuar es que realmente sentía la necesidad. Esa búsqueda de la plenitud. Si me faltase, la echaría de menos. Cuando no hago marcha, enseguida lo echo de menos.
Levantarme por la mañana, ponerme las zapatillas e ir a dar un paseo.
Ponerme las zapatillas para sentirme vivo. Pasar tiempo conmigo mismo.
Me encanta ir al canal. Al canal del este también, y ver si todo está bien.
Pequeños momentos como esos son los que hacen volver.
Me encantó. Fue un auténtico flechazo.
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