Consejos para ahorrar agua

Con este vídeo aprenderás a ahorrar agua en tu hogar.

Te daremos en primer lugar algunos conejos para reducir tu consumo de agua destinada al uso sanitario. Después te propondremos un método para utilizar menos agua cuando laves los platos.

En primer lugar: reducir el consumo de agua destinada al uso sanitario

El primer gesto consiste en ducharte en lugar de bañarte.

Un baño consume entre 150 y 200 litros de agua, mientras que una ducha consume solo de 60 a 80 litros en 5 minutos.

Se calcula que si te duchas en lugar de bañarte podrás ahorrar entre 50 y 100€ al año.

Para continuar con estos hábitos, cierra el grifo cuando te estés cepillando los dientes o enjabonando las manos.

Para un mayor ahorro, puedes colocar un aireador en los grifos.

Estos permiten reducir el flujo de agua que sale del grifo en un 50% sin que afecte al nivel de comodidad en el lavado.

Un aireador cuesta entre 5 y 10€, lo que supone una inversión que podrás amortizar en menos de un año.

Las fugas son una de las causas principales del consumo excesivo de agua.

Pueden deberse a una tubería defectuosa o a una cisterna que pierde agua.

Una cisterna que pierde agua = 60€ adiciones en cada factura mensual.

Para localizar una fuga de agua, revisa el contador de agua antes de acostarte.

Si no has consumido agua durante la noche, el contador deberá mostrar la misma cifra a la mañana siguiente.

Si la cifra ha aumentado, significa que seguramente haya alguna fuga de agua en tu casa.

Para evitar malgastar el agua, deberás localizarla y repararla.

En segundo lugar: ahorrar agua cuando laves los platos.

De media se consumen 42 litros de agua al lavar los platos.

Sin embargo, hay un método que solo utiliza 10 litros de agua cuando lavas a mano.

Para ello solamente necesitarás una palangana, un bol, dos esponjas y jabón de lavavajillas.

En primer lugar, el lavado:

Te recomendamos que laves tus platos inmediatamente después de la comida, para que la suciedad no se seque.

Empieza llenando la palangana con agua templada.

No dudes en utilizar incluso el agua que has utilizado para cocinar si no está sucia.

El agua para cocer la pasta o el arroz se puede utilizar para fregar.

Coloca los platos sucios en la palangana.

Si la suciedad se ha secado, déjala en remojo unas horas antes de lavar los platos.

Diluye unas gotas del jabón en el bol y, a continuación, moja una de las esponjas para hacer espuma.

Este truco te permitirá utilizar menos jabón y reducir el tiempo de aclarado.

Deja a un lado la otra esponja. Te servirá para enjuagar la palangana.

Lava los platos con la esponja con jabón y el agua de la palangana.

Ve colocando uno a uno los objetos lavados sobre la superficie del fregadero.

Cuando hayas terminado de lavar todo, vacía la palangana.

Y luego enjuágala brevemente.

Limpia los restos de espuma con la esponja que habíamos reservado para aclarar la palangana.

Pasa ahora al aclarado:

Coloca la palangana en el fregadero.

Empieza enjuagando sobre ella los objetos más grandes (cacerolas, coladores, boles...)

De este modo podrás utilizar el agua que ha quedado en la palangana para aclarar los objetos más pequeños como las tazas, los vasos y los cubiertos.

Si el agua tiene demasiada espuma, cámbiala.

Una vez enjuagados, ve poniendo los objetos en un escurridor o sobre un trapo limpio.

Cuando hayas terminado de enjuagar los platos, enjuaga las esponjas encima de la palangana.

No tires este agua, te puede servir para remojar y lavar la siguiente tanda de platos.

Adoptando estos hábitos podrás reducir considerablemente el importe de tu factura de agua.