La lepra es una enfermedad infecciosa.
Puede presentarse en cualquier país, sin depender de su clima.
Esta enfermedad es curable y se trata con medicamentos.
Si no se aplica ningún tratamiento, puede provocar:
- lesiones a nivel de la piel;
- pérdida de la sensibilidad en las heridas, llagas indoloras y de difícil cicatrización - sobre todo a nivel de los pies y de las manos.
- Infecciones en los nervios motrices, provocando parálisis y mano en garra.
- e incluso discapacidad o mutilaciones.
Por lo tanto es importante detectar los primeros signos de la enfermedad para comenzar rápidamente un tratamiento, evitando así el desarrollo de una discapacidad.
El signo más frecuente de la enfermedad es la presencia de una o varias manchas en la piel.
A menudo son de un color diferente al de la piel y las podemos encontrar en todo el cuerpo.
No provocan picor, no duelen ni presentan sensibilidad al tacto.
Si tocas la mancha con un trozo de algodón o con la punta de un lápiz, la persona afectada no lo sentirá ya que habrá perdido la sensibilidad en esta zona.
Algunas veces no se presenta ninguna mancha en la piel, sin embargo puede darse algún otro síntoma de la enfermedad.
Aunque es menos frecuente, pueden producirse picores o dolores en los pies y en las manos.
La lepra es causada por una pequeñísima bacteria en forma de bastoncillo llamada "bacilo", que se transmite de persona a persona sin distinción de sexo o edad.
Esta bacteria se encuentra en la saliva y en las secreciones nasales. Por eso, puede ser transmitida a través de la saliva, o a través de la tos o de los estornudos.
Recuerda siempre taparte la boca y lavarte bien las manos.
Nos podemos contagiar si estamos en contacto con una persona enferma que todavía no lo sabe, o con una persona enferma que no está bien medicada.
Sin embargo, la lepra es poco contagiosa. Se necesita estar en contacto próximo y prolongado con un enfermo para ser contagiado.
Si hemos sido contagiados, no se verán los primeros síntomas hasta aproximadamente 5 años después del contagio, ya que se trata de una enfermedad de desarrollo lento.
En cuanto observemos signos que parezcan síntomas de la lepra, debemos ir al médico o a un centro de salud. Allí realizarán un examen completo para emitir un diagnóstico.
Si se confirma un caso de lepra, deberemos tomar medicamentos durante 6 meses a un año, según las recomendaciones de nuestro médico.
Gracias a este tratamiento, que actúa atacando a las bacterias, la lepra se curará y las potenciales consecuencias de ésta quedarán prevenidas.
Estos medicamentos evitan el contagio. Si los tomamos podremos llevar una vida normal en casa sin riesgo de contagiar a nuestra familia y círculo cercano
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