CÓMO CALCULAR LA DIFICULTAD DE UNA RUTA DE MONTAÑA
En este vídeo, vamos a enseñarte a calcular el nivel de dificultad de una ruta de montaña. Calculando la dificultad podrás escoger el itinerario que mejor se adapte a tu experiencia y a tu condición física.
La dificultad de una ruta depende de tres parámetros: la distancia que a recorrer, el desnivel y el tipo de terreno.
Veamos en primer lugar la distancia que hay que recorrer. Es evidente que cuanto más largo sea el recorrido, más difícil será, pero calcular la distancia perfecta de antemano resulta complicado.
Para hacerlo, puedes consultar páginas web o usar un mapa. Recuerda que si utilizas un mapa a escala 1:25000, 1 cm en el mapa representa 25000 cm, que equivalen a 250 m sobre el terreno.
En terreno llano, la distancia recorrida es el criterio principal para calcular la dificultad. Un excursionista principiante puede recorrer entre 2 y 4 km de terreno llano en una hora. ¡La mejor manera de conocer tu velocidad a pie es haciendo una prueba!
Te aconsejamos que camines entre 6 y 8 km por un terreno llano para evaluar tu velocidad.
En segundo lugar, veamos el desnivel. El desnivel es la altitud recorrida, en subida o en bajada. Cuanto más elevado sea el desnivel, más difícil será la caminata y más deberás reducir la distancia total del recorrido.
Puedes calcular el desnivel en un mapa gracias a la curvas de nivel que, por lo general, aparecen en todos los mapas cartográficos.
En montaña, la distancia no es tan relevante, si no que el nivel de dificultad viene marcado por el desnivel .
Un excursionista principiante puede recorrer un desnivel positivo (es decir, de subida) de 300m. en una hora aproximadamente, sin superar nunca un desnivel de más de de 600m. durante el recorrido.
Te aconsejamos que hagas una excursión con un desnivel positivo de 500m cronometrando tu tiempo para calcular la dificultad y conocer mejor tu capacidad.
Pasemos ahora al tipo de terreno. Infórmate con antelación preguntando a otros excursionistas, visitando forums o buscando fotos.
Un excursionista principiante no tendrá ninguna dificultad para caminar por un terreno con obstáculos que le lleguen a la altura de los tobillos, pero no podrá aventurarse a cruzar una zona con desprendimientos, nieve, o por la que cruce un río.
En resumen, los tres principales parámetros que te ayudarán a evaluar la dificultad de tu itinerario son: la distancia a recorrer, el desnivel y el terreno. ¡Ya estás listo para salir de ruta!
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