Poder desplazarse en coche o en moto nos brinda total libertad y nos permite mejorar nuestra vida diaria, pero también puede ser peligroso. En este vídeo os damos algunos consejos a tener en cuenta antes de coger el coche.
Conducir tras haber bebido alcohol (aunque solo sea una copa), siempre es un riesgo: el alcohol ralentiza la velocidad de reacción.
Si tienes previsto salir y tomar alguna copa, planea con antelación tu regreso a casa. Pide a un amigo que no beba que te acompañe a casa, busca los horarios y números de taxi o autobús o, si es posible, dibuja un plano de cómo volver a casa andando.
Si no fuera posible, plantea a un amigo o familiar la posibilidad de pasar la noche en su casa.
Si uno de tus amigos ha bebido, puedes salvarle la vida desaconsejándole o impidiéndole que se ponga al volante. Si no te hace caso, prueba con estos dos trucos:
El primero de ellos: haz que se canse. Pídele que te ayude a lavar los platos y dale conversación hasta que le entre sueño.
El segundo es esconder sus llaves del coche y ayudarle a encontrar un sitio donde dormir. Recuerda que siempre será mejor que seáis varias personas y le hagáis ver que lo hacéis por su bien.
Si has bebido algunas copas de más la noche anterior, la mejor opción para saber si estás en condiciones para ponerte al volante es utilizar un alcoholímetro,
Para quienes beben de manera ocasional, la tasa de alcoholemia de 0,2 gramos o más por litro de sangre es peligrosa. Ahora bien, si esa tasa de alcohol es de 0,5 gramos/litro o más, además de peligrosa, también es ilegal en la mayoría de países.
De hecho, algunos países imponen tasas de alcohol inferiores, incluso una tasa del 0%.
Otro de los factores, que afecta de manera particular a los conductores más jóvenes, es el cansancio, donde la posibilidad de tener un accidente se multiplica por 8.
Si vas a viajar, ten en cuenta que las dos franjas horarias más peligrosas para hacerlo son entre las 2 y las 5 de la madrugada y entre la 1 y las 4 de la tarde.
Ante un trayecto largo, plantea la posibilidad de descansar y haz dos pausas de entre 15 y 20 minutos cada dos horas. Cuando sea posible, la mejor opción es compartir el trayecto con un segundo conductor,
Si empiezas a sentirte cansado, no pretendas terminar el trayecto. Busca un sitio seguro donde parar - que no sea ni en la carretera ni en el arcén.
Bebe una o dos tazas de café fuerte y echa una siesta de unos 15 minutos.
Si tomas medicamentos, infórmate de sus efectos secundarios. Muchos de los que compramos sin receta pueden alterar el sueño debido a sus propiedades somníferas.
Si no has bebido y has descansado, ¡ya estás preparado para ponerte al volante! Eso sí, ante un viaje largo, comprueba tanto las condiciones meteorológicas como los niveles de aceite de tu coche.
Comprueba también que los neumáticos estén en buen estado y tienen suficiente aire.
Si llevas pasajeros, asegúrate de que se ponen el cinturón. Utiliza un asiento adaptado en caso de llevar bebés o niños y lleva a los animales en un transportín o jaula adecuados.
¡Juntos podemos hacer que un viaje sea seguro para todos!
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